En otro país (In Another Country)

Una mujer en la playa

No deja de resultar preocupante que diecisiete años y catorce largometrajes después de su debut tras las cámaras, En otro país (In Another Country, 2012) haya sido la primera película del cineasta coreano Hong Sang-soo que se estrena comercialmente en España, aunque precisamente por ello no debemos dejar de celebrarlo. Recibida con una calurosa acogida en el Festival de Cannes del pasado año, En otro pais aparte de compartir por fin la idiosincrasia de su cine, cuenta con otro sugerente atractivo; permitirnos ver (y disfrutar) a Isabelle Huppert adentrándose en el juego de espejos e infructuosas relaciones amorosas que propone su director.

La aclamada actriz francesa continúa en Corea del Sur su particular viaje exótico tras rodar Captive (2011) en Filipinas a las órdenes de Brillante Mendoza. Un viaje que realmente se entiende como fílmico, alejándose momentáneamente del más prestigioso cine francés para prestarse como musa de dos de los cineastas asiáticos contemporáneos que arrojan una mirada más europea a su cine, por lo que todo encaja. Y si en aquella era secuestrada, en esta ocasión en cierto modo también, salvo por la cámara, dando vida a tres mujeres distintas que pasan unos días de vacaciones en una pensión junto a la playa. Las tres se cruzarán con un joven y atractivo socorrista del que caerán enamoradas, hablan con los mismos personajes, recorren los mismos espacios y andan buscando el mismo faro, pero en cada uno de los puntos de vista el resultado es tan simétrico como diverso, aporta un color nuevo.

Precisamente, en la conversación de la última de sus encarnaciones con un monje, ella se enfada porque no le está ayudando a resolver sus problemas. El monje se disculpa, no sin antes preguntarle si alguna vez ha cambiado desde que era una niña. Ella responde que no, que sigue siendo la misma mujer de siempre. A él no se le puede evitar escapar una sonrisa, quizás cómplice con la del espectador, ya que nuestros ojos han visto a tres mujeres distintas. Junto al sentido del humor tragicómico que a golpe de soju destila el film, es en esos pequeños y evocadores gestos donde reside buena parte del encanto de En otro país.

Planteada como un cuento metacinematográfico que pretende no serlo, que incluso inconscientemente se olvida durante su desarrollo, la película nace del aburrimiento de una joven aspirante a directora frente a una hoja de papel, siendo esa aparente frivolidad y sencillez la que también muestra el film con sus imágenes, en ocasiones abruptas por el uso del zoom o por los imperfectos movimientos de la cámara digital con la que está rodada. Y no es ningún reproche, la importancia que Hong Sang-soo parece no conceder a la perfección del acabado visual, que con sus variaciones reluce estilizado y meditado en cada uno de sus planos, se la da a lo que sugiere, a lo que ni siquiera está rodando, el entramado que acaba creando al observar a una mujer interpretando a tres personajes distintos, soñando, imaginando, condenada una y otra vez a ver como se le escapa el amor de entre sus manos. Que no se escape Hong Sang-soo de nuevo y la caligrafía de su cine vuelva a asomarse pronto por nuestras pantallas.

Nota: Capturas de imágenes procedentes del blog El cine y otras catástrofes, de Manuel J. Lombardo.

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