Sitges 2014 (II): Maps to the Stars (David Cronenberg), No Tears for the Dead (Jeong Beom-Lee)

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Segunda crónica del Festival y nos adentramos en una tradición de Sitges, la de los maratones nocturnos, que llegan a alcanzar el alba en ocasiones y suponen una experiencia recomendable para todos los asistentes al evento. Además de reseñar otras propuestas, hasta ocho, entre las que destacan el esperado nuevo film de David Cronenberg y una desigual ración doble de cine coreano merced a The Fives y No Tears for the Dead.

The Fives

The Fives (Jung Yeon-Sik)

The Fives (Jung Yeon-Sik) experimenta con las sensaciones del espectador partiendo de una premisa seria, aunque un poco manida, como es la búsqueda de venganza, pero termina convirtiéndose en una broma de sí misma por el empleo del suspense y la caracterización extrema de los personajes. Si bien es cierto que el planteamiento a nivel de guión es bastante acertado, a medida que se va acercando a su predecible desenlace comienza a dar pasos en falso hasta convertir en comedia, bastante barata dicho sea de paso, lo que parecía un thriller.

La película podría incluso describirse como la versión oligofrénica de la también coreana Sympathy for Lady Vengeance (Park Chan-Wook, 2005), y es que el parecido acaba siendo más que razonable, tanto por el personaje protagonista como por el antagonista, obsesionado con guardar “merchandising” de sus víctimas, sin olvidar la inserción del vals en la banda sonora. A pesar de que por su título y por lo que vemos en pantalla el protagonismo podría ser coral en ciertos momentos del metraje, nada más lejos de la realidad, los personajes secundarios actúan como bisagras en los vuelcos de guión que sufre la protagonista, pero sin llegar nunca a resultar definitorios en la trama. Entre los aspectos destacables encontramos la interpretación de Kim Seon Ah como protagonista y la buena factura en el aspecto técnico.

Stereo

Stereo (Maximilian Erlenwein)

El director alemán Maximilian Erlenwein dirige su segundo largometraje continuando la línea mostrada en el primero, Schwerkraft (2009), mezclando elementos de thriller, drama y pinceladas de mundos oníricos. Si algún aspecto destaca en el conjunto de la película ese es el reparto, encabezado por dos de los actores alemanes con más reconocimiento a nivel internacional; Jürgen Vogel y Moritz Bleibtreu, que soportan el peso de la narración desde el comienzo de la cinta. 

Dejando a un lado la gran actuación de ambas figuras, Stereo es un ejercicio correcto que no llega a transmitir por completo al espectador la fuerza que parece mostrar en los primeros compases. Ese camino que parece haber emprendido el personaje de Vogel para expiar algún pecado cometido en el pasado no termina de interesar, y las tramas secundarias son demasiado intrascendentes como para llamar la atención del público. Curiosa evocación la producida por las escenas de carretera, que recuerdan bastante a las rodadas por David Lynch para Carretera perdida (1997). Buenas intenciones por parte del director alemán, pero no consigue desarrollar su idea de un modo satisfactorio, a pesar de la ayuda que prestan los actores principales.

These final hours

These Final Hours (Zak Hilditch)

Tras el éxito cosechado por su anterior trabajo, el cortometraje Transmission (2012), el australiano Zak Hilditch dirige su tercer largometraje centrando la historia en un mundo a punto de sufrir una catástrofe que acabará con las formas de vida que habitan la Tierra. El arco argumental de la película gira en torno a la extraña pareja que se crea de forma accidental, cuando el fornido James, Nathan Phillips, acaba salvando a la pequeña Rose, Angourie Rice, y la sucesión de impedimentos que ambos van encontrando en el camino de vuelta de la niña al hogar dónde espera su familia. Esa pequeña se convierte en la última posibilidad de redención para un tipo del que no sabemos demasiado, pero no parece ser un personaje en paz consigo mismo a través de su pasado.

El tono cálido de la fotografía y el juego con la ausencia de sonido que da paso a la presencia de ruidos turbadores nos introduce de pleno en una atmósfera ominosa, provocando sensación de angustia constante, aliviada en parte por la voz de un locutor de radio que retransmite la desaparición de las distintas partes del globo. Como componentes menos satisfactorios de la película podemos señalar tanto la falta de carisma de su protagonista masculino, Phillips; como el camino excesivamente marcado hacia la redención plena de los personajes.

Maps to the Stars (David Cronenberg)

Maps to the Stars (David Cronenberg)

Maps to the Stars, la úlltima película de David Cronenberg, era uno de los estrenos más esperados de todo el festival. Y es que al interés que siempre despierta su realizador, hay que sumarle la decepción que sufrió buena parte del público cuando cuando se estrenó Cosmópolis hace dos años en este mismo festival.

La película indaga en las relaciones personales de un grupo de estereotipos endémicos hollywoodienses, tales como la decadente estrella infantil o el gurú espiritual popular entre los actores con pretensiones new age. El planteamiento resulta correcto e incluso interesante si tenemos en cuenta el factor metafílmico, pero la ejecución del mismo es un completo despropósito. El metraje está lleno de escenas que apenas aportan nada a la trama (como la aparición de Carrie Fisher, a la altura del cameo del Fary en Torrente 3) y los personajes son caricaturas con dramas personales más propios de la mitología griega que de Sunset Boulevard. Por no mencionar que algunos, como el que interpreta Robert Pattinson, tienen una importancia narrativa similar a la de un antílope en un documental de leones.

Entre lo destacable de Maps to the stars contamos con una dirección artística impecable y un trabajo de fotografía que brilla con luz propia, pero en definitiva, presenta una historia con aspiraciones a convertirse en la divina comedia del Hollywood actual que no hace más que plantearnos la siguiente pregunta. ¿Qué ha sido del Cronenberg de La MoscaeXistenZ?

No tears for the dead

No Tears for the Dead (Jeong Beom-Lee)

La película de Jeong Beom-Lee ha sido una de las gratas sorpresas de esta edición, y es que el realizador coreano ha demostrado en esta su tercera película que le tiene tomado el pulso al thriller y que incluso se atreve con escenas de acción al más puro estilo hollywoodiense, tan entretenida como lastrada por la la pesadez de su segunda parte.

No Tears for the Dead comienza como un thriller de gran manufactura, protagonizado por un carismático sicario que verá como gira su vida en torno a los traumáticos sucesos de su último encargo. A lo largo de la obra, la cinta irá adquiriendo tintes más propios del género de acción para desembocar en un claro homenaje a La jungla de cristal (1988). Esta segunda parte a diferencia de la primera si llega a resultar tediosa, y es que la narración pierde bastante ritmo en esta parte debido a las constantes escenas violentas sin que apenas avance la trama.

Maratón nocturno

The Last Days on Mars (Ruairi Robinson) – Space Station 76 (Jack Plotnick) – Predestination (Michael y Peter Spierig)

El maratón de ciencia ficción proyectado en el Auditorio del Hotel Meliá se inició con The Last Days on Mars, de Ruairi Robinson, una cinta de horror y ciencia ficción que narra las últimas horas de una expedición en el planeta rojo que, a punto de ser relevada por el próximo grupo de técnicos y científicos, se ve envuelta en una situación extrema, derivada del descubrimiento de una extraña forma de vida. La película no intenta reinventar el género de terror espacial, resultando previsible y construyendo personajes arquetípicos, pero es capaz de transmitir la atmósfera agobiante y funciona como producto para amantes de este tipo de cine.

La segunda cinta, Space station 76, de Jack Plotnick, con un reparto encabezado por Patrick Wilson y Liv Tyler, es un homenaje nostálgico a la estética de ciertas épocas pasadas, lo que podemos llamar de modo más cercano como nostalgia por EGB.  Podíamos decir que con la película sucede como con esos objetos que guardas en el trastero, esa película de la infancia o esa cinta de cassette de los que tienes un maravilloso recuerdo, pero resultan ser toda una decepción una vez los vuelves a tener ante ti, sólo acaban desprendiendo olor a mueble viejo repleto de alcanfor. El resultado es como si extraemos la parte más cómica de Lost in space (1965), cuando se vieron impelidos a competir con las bromas estúpidas del Batman (1966) protagonizado por Adam West, pero sin llegar a resultar graciosa en momento alguno.

La sesión se cerró con Predestination, de Michael y Peter Spierig, en la que vuelven a contar con Ethan Hawke como protagonista junto a la sorprendente Sarah Snook, también presente en la anteriormente mencionada These finals hours, acompañando con gran soltura al texano. La trama se centra en la asignación final que recibe el personaje de Hawke, un agente especializado en los viajes temporales, con la misión de impedir que cierto terrorista acabe con miles de vidas en Nueva York. Los saltos temporales están narrados de forma coherente y no resultan demasiado artificiosos, consiguiendo acabar el film de manera redonda, sin dejar cabos sueltos ni realizando giros demasiado bruscos en la trama.

Carmelo González & Juan Avilés

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