Filmadrid (III): Foco Jan Soldat

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Filmadrid ha presentado dos focos en su primera edición con los que acercarnos a las propuestas extremas de dos cineastas que, debido a las convenciones imperantes en la exhibición actual, resultan difícilmente accesibles para el espectador. El primero de ellos es un maestro del cine contemporáneo como el filipino Lav Diaz, del que hablamos sobre Century of Birthing, al que la prolongada duración de sus películas impide toda posibilidad de distribución comercial. Para el siguiente pensaron en un cineasta más joven, de otra generación y continente, pero que más allá de la polémica que pueda traer consigo la temática de su obra, presenta un lenguaje cinematográfico propio y a considerar dentro del panorama documental contemporáneo.

Hablamos del cineasta alemán Jan Soldat, cuya filmografía gira en torno a las prácticas sexuales menos convencionales dentro de la sociedad alemana. Pero lejos de dejarse llevar por el morbo ni los prejuicios, Soldat desafía todo tipo de provocación por dos vías, manteniendo una relación cercana con las personas a las que graba y filmando desde un punto de vista frontal, tan honesto que se traslada a la puesta en escena, lo que genera una complicidad claramente reflejada en la actitud de sus entrevistados, capaces de traspasar todas las barreras al revelar en confianza la zoofilia o las prácticas sadomasoquistas que practican. Un proceso por el que desde el primer al último plano se nos presentarán frágiles y desnudos emocionalmente.

Law and Order (Jan Soldat, 2012)

Law and Order (Jan Soldat, 2012)

Pese a que en todos sus trabajos que hemos visto estos días podríamos encontrar un patrón predefinido, que resolvió perfectamente Víctor Paz en su crónica de Indielisboa en A cuarta parede y que consiste en un metódico proceso de presentación, representación y explicación de sus actos, la selección de cortometrajes y mediometrajes presentada en Filmadrid partía con la idea de intentar trazar una evolución en su cine. Y aunque hay variaciones y una progresión clara, tanto una continuidad temática relacionada con el sadomasoquismo y las torturas que se cierra en Prison System 4614 (2015), como en especial de un Soldat cada vez más afianzado en sus búsquedas y en su potencial como cineasta, realmente las mayores diferencias se encuentran al variar la longitud de sus proyectos.

Sus piezas cortas funcionan a la perfección en ese sentido, entran y se marchan antes de poder dejar cargar algún tipo de culpa o de sombra sobre sus protagonistas. Partiendo directamente desde su intimidad, Law and order (2012) en cambio supone el ejercicio más libre y distanciado del patrón de su cine, ofrece el retrato habitual de los juegos sadomasoquistas de dos ancianos. Sin ambición narrativa alguna, estos despliegan una serie de vejaciones entre risas y diversión inocentes que se contagian y permiten mirar de otro modo su relación sexual como humana.

Esa intención es precisamente la que mueve Be Loved (2010), su primera aproximación a este tema y su filme más redondo. En él presenta la delicada relación sentimental y sexual de un joven con su perro, así como los problemas para socializar que le han movido a ello. Soldat le filma en cotidianidad, jugando a la Wii o comiendo pizza con su compañero de piso, con el que también mantiene una relación particular, pero es en la intimidad de su dormitorio junto al animal que considera su pareja donde el cortometraje apunta con valentía y Soldat señala sus límites como cineasta. Una secuencia difícil de ver y de digerir, pero finalmente agradecida para el espectador que sepa leer la propuesta, en la que Soldat reafirma que sus intenciones están en ayudar a reconocer e interpretar una realidad ajena a la férrea mentalidad germánica, nunca en culpar ni en provocar.

The Incomplete (Der Unfertige, Jan Soldat, 2013)

The Incomplete (Der Unfertige, Jan Soldat, 2013)

Aunque sean los trabajos que más relevancia internacional le han otorgado, sus mediometrajes se muestran erráticos. La duración más alargada no beneficia a su metodología, ya sea por resultar reiterativos en su exposición o en el caso de Prison System 4614 (2015) por restar importancia al retrato personal de aquellos encarcelados y de los carceleros, centrándose en la menos interesante mecánica de los actos de tortura, vejaciones y encierros que se llevan a cabo en una especie de prisión para practicantes del BDSM.

Pero si hay un retrato en todo su cine que trasciende al resto es el Klaus de The Incomplete (2013). Hijo de un alto cargo de la Wehrmacht (las fuerzas armadas de Hitler) y de una profesora que seguía la doctrina nazi, Klaus se presenta a sí mismo como Gollum, un esclavo sexual que tanto en su domicilio como visitando a sus clientes únicamente se viste con brazaletes y esposas que le mantienen atado. De todos modos, lo más estimulante no se encuentra en reflejar su rutina sexual, sino en su forma de interpelar a la cámara, de utilizar su cuerpo para relatar su vida e incluso dialogar con el propio Soldat, que vuelve a configurar un dispositivo honesto, mostrando en ocasiones el corte del montaje e incluyendo su voz. Dispositivo que transmite la confianza necesaria y da la oportunidad a un número de personas aisladas de la sociedad de interpretarse tal y como son, en lugar de la fachada que se espera de ellos. Logros que hacen de su obra un compendio remarcable por hallar una mirada tan limpia sobre un tema profundamente complejo, mirada por la que seguir atentos a sus próximos proyectos.

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