Todo parecía perfecto [Atlántida Film Fest 2015]

¿Y si hiciésemos realidad todos nuestros sueños?

Todo parecía perfecto (2014) es el primer largometraje de Alejo Levis, una película pequeña en forma y ambiciosa en fondo que se adentra en el amor por el emocionante camino de lo onírico y lo irracional. Tras su paso por la sección Zonazine del Festival de Málaga o por el Festival de Cinema d’Autor de Barcelona, la película recala en el Atlántida Film Fest intentando, como tantas otras, encontrar espectadores. La propuesta del debutante catalán bien merece la oportunidad, estamos ante un potente ejercicio de estilo tanto narrativa como estéticamente, un rara avis en la producción española.

La película da cancha a la idea que encabeza esta crítica y se alinea desde el comienzo junto a su protagonista: un joven idealista que emprende un viaje para cumplir sus propósitos equipado con la mochila de la ilusión -de las fantasías, de los sueños, del amor-. Mientras dormía ha soñado que conocía en un bar al amor de su vida y, conmocionado por la potencia de su sueño, decide acudir al bar y recrear la situación, la atmósfera, cada detalle con el fin de manipular el destino para cumplir con su deseo. Este es el punto de partida de una película estructurada en capítulos que recorre diferentes estados y desarrolla esta particular historia chico-chica, siempre desde el choque que supone enfrentar la ilusión con la realidad.

La idea original del filme se debe a un cortometraje que a su vez nace de un cómic, una muñeca rusa creativa para un producto final que bebe de todos. El cortometraje en cuestión es el primer capítulo de Todo parecía perfecto, quizá el que posee más potencia y empaque y es, a su vez, el que permite estructurar toda la película en estos módulos intercambiables sin principio ni fin. Y si del cortometraje se vale para articular el conjunto, del cómic utiliza el lenguaje simbólico que hace prescindir de ciertos diálogos y recursos tradicionales de guión para favorecer el lenguaje visual como medio transmisor y para avanzar la trama.

Todo parecia perfecto

Al tratarse de una película tan simbólica que se mueve como decíamos en el terreno de lo onírico y lo surrealista, no será difícil encontrar detalles que nos remitan a maestros del género como Luis Buñuel o David Lynch. Sin embargo desde el punto de vista del guión, la historia tiene una influencia más literaria, en concreto del realismo mágico y en su parte visual, encontramos referentes más cercanos en dos directores franceses. Por un lado Jean-Pierre Jeunet con quien Alejo Levis comparte cierta esencia estética y, por otro lado, con Michel Gondry en especial con trabajos como La ciencia del sueño (La science des rêves) o La espuma de los días (L’ecume des jours) con los cuales Todo parecía perfecto podría compartir un ciclo de cine, sueños y surrealismo.

A lo largo del metraje la relación sentimental pasa por distintas fases: pasión, rutina, desencuentro, reconciliación… pero lo hace sin una línea temporal definida, aquí no hay presente, pasado o futuro, todo ocurre en un no-tiempo. Alejo Levis pone todas las piezas sobre la mesa para permitir al espectador crear su propio puzzle. Una particular apuesta narrativa que es coherente con lo abstracto y efímero de la temática pero que requiere cierta implicación en su visionado y, ante todo, aceptar las reglas del juego que propone. El director construye un discurso donde los mensajes han de ser descodificados por una vía más sensorial que lógica, si aceptamos estas premisas crearemos el entorno adecuado para disfrutar de Todo parecía perfecto en todas sus dimensiones.

Vivir la vida a través de los sueños, el amor como una idea… premisas que entran en conflicto en su contacto con la realidad o, más concretamente, cuando un hombre idealista se enamora de una mujer pragmática. Una historia de amor imposible que pretende tocar lo intangible y una película que intenta contar todo eso. Todo parecía perfecto escoge un lugar arriesgado, en el limbo entre las ideas y la realidad, lo concreto y lo abstracto. La apuesta de un debutante por un cine que es como un sueño, valga la redundancia.

Puedes ver Todo parecía perfecto hasta el 9 de julio en el siguiente enlace.

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