Festival de Locarno 2015 (VII): Entertainment (Rick Alverson), O futebol (Sergio Oksman)

DIA7 Locarno

Asuntos de hombres

Si el humor se ha vuelto un tema muy serio, el fútbol nunca lo ha sido menos, ambos capaces de definir todo un sentido de la masculinidad que se mantiene vigente. No en vano, la competición en la vida y en el deporte siempre habían estado reservados al hombre, desde los espectáculos de gladiadores en la antigua Roma. En cambio, en estas tres películas a concurso en Locarno subyace esa decadencia y puesta en duda de la masculinidad cada vez más recurrente. En Entertainment la figura del one-man-show padre de familia se derrumba, el fútbol unirá por última vez a padre e hijo durante el Mundial de Brasil en O futebol y en Chevalier sus protagonistas comienzan un juego por el que descubrir cual es el macho alfa de todos ellos.

Entertainment

Concorso internazionale – Entertainment (Rick Alverson)

Como una travesía sin fin por el desierto, así plantea Entertainment el tour (de force y de Four Roses) por bares de poca monta de un desgraciado comediante que insiste en defender el concepto tradicional de entretenimiento en un mundo del que cada vez se encuentra más apartado. La estructura del film de Rick Alverson insiste en esa idea, acompañando a un ser abandonado a sí mismo durante el día, vagando por el desierto de California donde se encuentra de gira, para transformarle en otro ser, un exceso de chistes desagradables, cuando se pone su traje y engomina el pelo. Capaz de enfrentarse a cualquiera mientras sujeta el micrófono y varias copas de alcohol encima como de volverse todo un pusilánime al salir por la puerta trasera.

Inspirada en el personaje de Neil Hamburger, con el que el propio protagonista (Gregg Turkington) ha actuado durante una década, Entertainment no tiene la ambición de ofrecer un retrato crítico del mundo y la tradición del stand-up americano, sino que encuentra el escenario adecuado para presentar a un hombre consumido por la soledad. En cierto modo no hay nada más triste que un cómico, sobre todo cuando sus actuaciones, con una coletilla tan repulsiva como desternillante, terminan siendo un fracaso. Como lo son sus llamadas a una hija de la que nunca recibe respuesta, la relación con su primo o cada intento de conexión con cualquier persona que se cruza por su camino. Finalmente, la película comienza a volverse tan surrealista y errática como el comportamiento del protagonista, obsesionado por su participación en una exitosa sitcom de mala calidad (que en su blanco y negro e incompresibles diálogos recuerda a los conejos de David Lynch en Inland Empire) que da forma a una pesadilla de la que no puede escapar.

O futebol

Concorso internazionale – O futebol (Sergio Oksman)

Retomando su relación tras más de veinte años sin verse, en 2013 Sergio Oksman visita a su padre en Sao Paulo con la idea de regresar al año siguiente para realizar una película juntos durante el Mundial de Brasil. De esta premisa parte O futebol, en la que el cineasta brasileño afincado en España se acompaña de un reducido equipo técnico y al guión de nuevo con Carlos Muguiro. Juntos toman la distancia necesaria para releer aquel encuentro, a la postre el último entre padre e hijo, donde las imágenes del mundial pasan sabiamente a un segundo plano, como la cámara en plano fijo se coloca a sus espaldas en el interior del coche. Pero en cambio el fútbol marca azarosamente el calendario y copa las conversaciones, en las que poco a poco Sergio se irá identificando con Simao mientras comparten recuerdos, separaciones traumáticas, cigarrillos y alineaciones del Palmeiras.

Simao nunca termina de entender por qué le estaban grabando, pero al igual que el mundial le tenía reservado un aciago destino a la canarinha en el campeonato, la vida también se guardaba el suyo. Es entonces cuando la película busca su sentido y se repone del golpe de la realidad desde los espacios vacíos, recopila silencios, archivos, crucigramas e incluso la pasión por el fútbol. Recuperando, en definitiva, una historia para los Oksman.

Chevalier

Concorso internazionale – Chevalier (Athina Rachel Tsangari)

Chevalier parte de una simple ocurrencia de guion que al ser puesta en imágenes queda en evidencia, no ofrece los suficientes matices ni virtudes en la puesta en escena que hagan trascender su discurso. Una reunión en un lujoso yate de la clase alta griega (se entiende que la familia se dedica al negocio de las aseguradoras) se convierte en una competición para decidir quien es el mejor hombre de todos, el macho alfa, valorando a diario cada aspecto de su personalidad y de sus actos. Esta propuesta, que en un principio podría dar pie al humor negro más incisivo y retorcido, como también al retrato de la sociedad griega y de Europa (no en vano, la realidad social está completamente apartada del film y hablamos de un puñado de hombres luchando por el poder), se agota demasiado pronto y no pasa de comedia deslucida, con algún toque certero sobre la diferencia de clases en su tramo final, pero de la que ni siquiera su directora logra incidir con agudeza en el ridículo de ver a la masculinidad denigrándose. La competición continúa…

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