Koldo Almandoz: “En Sipo Phantasma me apropio de las historias como Murnau de la novela de Bram Stoker”

Koldo Almandoz - Sipo Phantasma

A concurso en la sección Zabaltegi-Tabakalera del Festival de San Sebastián, tras pasar con anterioridad por Rotterdam o el BAFICI, Sipo Phantasma es el primer largometraje de Koldo Almandoz (San Sebastián, 1973), cortometrajista de larga y reconocida trayectoria que ha trabajado desde la ficción más pura al documental experimental. Precisamente su primera película surge fruto de esta mezcla de formatos, parte de la idea de rodar un documental observacional a bordo un crucero y termina vampirizando el os osferatu de Murnau. Sipo Phantasma alberga todas las historias que rodean la película por medio de diversas técnicas y estilos que la convierten en un objeto fílmico fascinante.

Con la presencia del propio Koldo Almandoz presentándola, el estreno en Madrid de Sipo Phantasma será este jueves 27 de octubre en el Círculo de Bellas Artes, dentro del ciclo Pasajes Filmadrid. Una sesión que será precedida por una conferencia sobre las atmósferas cinematográficas en la obra de F. W. Murnau. En la entrevista que mantuvimos durante la celebración del 64º Festival de San Sebastián le preguntamos por su trabajo con las imágenes de archivo y la película de Murnau, pero también por como la película se construye a sí misma y el cineasta acaba siendo presa del azar, dibujando sobre puntos una línea invisible en la historia.

Sipo Phantasma no era la película que en un primer momento tenías planteada, tu idea era realizar un documental sobre el turismo de cruceros.  ¿Cómo fue la evolución de la película?

Yo en principio tampoco tenía una idea muy concreta. Nos embarcamos en el crucero para observarlo in situ, no me gusta nada más llegar ponerme a grabar, dejo un tiempo hasta que me acoplo un poco a un lugar. Y sinceramente, si hubiera seguido con aquel enfoque, aquello hubiera acabado siendo una pieza de diez minutos muy observacional sobre la vida en los cruceros. Pero tampoco había un guión previo, no sabía cómo funcionaban los cruceros ni que debía grabar, yo me dejaba llevar. A medida que iba descubriendo el crucero, iba grabando lo que me llamaba la atención: el jacuzzi, las clases de salsa…

En cambio, cuando se nos planteó la idea de que realmente estábamos en un barco fantasma, seguí grabando pero ahí ya con una intención distinta, la cabeza se me fue yendo a otra parte con esta especie de espectro caminando por los espacios vacíos del barco. Pero te reconozco que salí del crucero sin tener una idea clara de qué iba a salir aquello. Y es algo que me pasa mucho. Esto terminó siendo algo, pero tengo el ordenador lleno de carpetas de mil cosas que no he utilizado y probablemente no lo haga. Llevo años por ejemplo grabando espantapájaros. No sé por qué. Son algo que tiende a desaparecer y hay una especie de discurso en torno al miedo que producen, pero todavía no he hecho nada. Igual en un momento surge hacer algo o igual no.

Aún así el crucero sigue siendo importante en Sipo Phantasma, ofrece un reflejo crítico de la sociedad que es ajena a toda esta parte oculta y fantasmagórica de nuestro mundo.

La idea era jugar irónicamente con el concepto de ver a gente disfrutando del ocio en un barco que carece de sentido. La gente ahora cuando sube a un barco no lo hace para navegar. Pero sí que es verdad, y eso lo pensé cuando leí la novela de Foster Wallace “Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer”, que hay una cosa en esa novela que me molesta un poco, la mirada de superioridad hacia la gente que sube a un crucero. Por eso he procurado tener cuidado y no subrayar demasiado esas ideas. Hay planos como el de la mujer que se saca una foto en el jacuzzi que si tienen esa intención de ridiculizar, pero tampoco he querido hacer algo muy exagerado, quería mostrar el modelo de crucero tal y como es, sin exagerar nada. No quise ir por ahí porque estaba jugando con una sensación de superioridad que no me gustaba.

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Sipo Phantasma (Koldo Almandoz)

Sipo Phantasma termina siendo una creación en torno a citas, imágenes de archivo y noticias de hemeroteca que vas recopilando, la película se forma como un Frankenstein.

Así es. Parto de la base de mi desconocimiento. Yo no es que haya estado veinte años estudiando el cine de Murnau ni tampoco he hecho un doctorado sobre Nosferatu, el ocio y Drácula, para nada. Todo surge a medida que voy descubriendo cosas. Primero fue la figura de Florence Balcombe, la esposa de Bram Stoker. Descubro todos los litigios que tenía con Nosferatu y que fue novia de Oscar Wilde. Partiendo de todos esos descubrimientos he ido creando la película como una especie de work in progress constante. El crucero podría haber desaparecido, pero hay muchas historias vinculadas a él, como el naufragio que tuvo Florence Balcombe, en el que Bram Stoker se basó para escribir Drácula. Había una serie de nexos en común que me parecían sugerentes, pero por mi parte no había una reflexión como tal.

El tema fundamental me parece cómo el eco de otras historias, reales o no, de otras películas, de otras novelas, de una manera u otra acaban influenciando la propia creación y a sus creadores. La película termina almacenando esas conexiones improbables que revelan algo oculto detrás de las vidas de esas personas y de las imágenes, hasta llegar a la actualidad con la noticia del profanamiento de la tumba de Murnau.

Eso se incluyó por azar, yo tenía la película terminada y leo en el periódico que alguien ha profanado la tumba de Murnau y se ha llevado su cabeza. Entonces vuelvo a investigar y en el proceso descubro que hizo una película llamada La cabeza de Jano que se encuentra perdida. Es decir, de nuevo una película fantasma y de la que se tienen muy pocos datos. Además, estaba basada en Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Le había robado a Stevenson como lo hizo después con Stoker. Si hubiera querido, a partir de ahí podría haber continuado el montaje y seguir con la película.

Lo que sí que me interesa mucho es la idea de apropiación, es algo que hacemos todos. Yo me apropio de todas estas historias e imágenes como Murnau se apropió de la novela de Bram Stoker, como Bram Stoker se apropió de los mitos sobre los vampiros y los carpatos, él no creó Dracula de la nada, inventó el nombre, pero las historias de vampiros ya existían. En otros cortos he trabajado con imágenes de archivo y me resulta divertido, tienen algo como misterioso. En Sipo Phantasma siempre está todo muy sugerido, pero cuando tú ves las imágenes de archivo de cruceros antiguos y las comparas con las que he grabado para la película, compruebas que hay muchas imágenes iguales, se filma la proa del barco, el casco, la estela que deja en el mar, el timón con el que los pasajeros se hacen fotos… Y claro, a mí me parecía sorprendente que yo me hubiera fijado en todo esto y que al buscar imágenes de archivo de cruceros de hace 50, 70 o 100 años, el camarógrafo filmaba lo mismo. Le llamaba la atención lo mismo. Hay una historia del cine de diferencia, pero al final el ojo humano se ha fijado siempre en lo mismo.

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Muchos directores que han filmado en alta mar llegan a la conclusión el barco les obliga a filmar esas imágenes, que el cineasta no es libre. En cambio, tú tienes la idea de poner a interpretar a una mujer paseando como un fantasma por las instalaciones del barco, sin saber que estabas creando con ella el eco de Florence Balcombe.

Claro que no, no era esa mi idea al principio. Yo quería poner a una mujer vampiro paseando por el barco, que es Maider Intxauspe. De día están los turistas y por la noche sale ella. Aunque solo fuera para una pieza muy experimental, encontraba algo sugerente en esa idea. Pero claro, es leer el prólogo del Drácula de Bram Stoker y encuentro la figura de Florence Balcombe, lo que provoca que trabaje esa conexión. Al final es lo de siempre, hay mucho azar, hay mucho de casualidad, pero generalmente esa casualidad también surge si estás atento a ella. Hace dos años si hubiera leído la noticia de la cabeza de Murnau la habría dejado sin más, pero una vez que estás obsesionado con su película de repente cobra mucho sentido. Es azar, pero te tiene que encontrar en ese proceso.

¿Cómo planificaste la estructura dividida en episodios de Sipo Phantasma? Sin voz en off pero con mucho texto en pantalla con la pantalla en negro, terminas por renunciar a la imagen.

Es una de las cosas que más me costó. Todo el proceso de rodaje fue sin guion, filmando las cosas que me interesaban. Por lo tanto, el guión se escribió cuando empezamos a montar. En el montaje se suele reescribir el guión, pero en este caso había que hacerlo por primera vez. Y le di muchas vueltas, la verdad. En un primer momento tenía una película sin capítulos, como un todo. Aquello no me convencía, así que pensé en una voz en off omnisciente que contara toda la historia de Florence Balcombe, pero se me hacía demasiado pedante.

En un momento dado, no sé cómo ni cuándo, algo me hizo click en la cabeza y me di cuenta de que en la novela de Bram Stoker estaba la posible estructura de la película. Drácula es una novela muy experimental para su época, contada a partir de diarios, cartas, noticias de periódicos, publicidad de navíos o incluso grabaciones. Utilizar el mismo formato y las mismas armas que la novela me pareció la manera perfecta de hacer la película. De ahí surge lo de introducir un telegrama al comienzo y usar noticias reales, para conseguir una narración indirecta que sea más neutral. A su vez, al tener muchas voces distintas cada una de ellas es subjetiva e interpretable, pero todas juntas componen un relato.

Una de las claves de la película es el trabajo de remontaje y musicalización que llevas a cabo con Nosferatu de Murnau. Llegando a fundir en un momento fascinante los tres tintes de la película: amarillo, azul y rosa.

Creo que ese trabajo tan minucioso es algo que se puede aplicar a toda la película. Parece estar realizada con ligereza, pero el sonido y la imagen están muy trabajados. El primer descubrimiento con Nosferatu fue el concepto de tintar las películas para convertir el azul en noche, el amarillo en día y el rosa en amaneceres o atardeceres. Ese juego estético me pareció muy interesante. Y luego hay escogidos muchos planos de criaturas: Una especie de hiena, los caballos, una planta carnívora… Había una búsqueda más allá de los planos más iconográficos de Nosferatu, que también están presentes, sino aquellas imágenes que pasan desapercibidas.

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Sipo Phantasma (Koldo Almandoz)

¿Cómo valoras la selección de Sipo Phantasma en Rotterdam, BAFICI y ahora en Zabaltegi-Tabakalera? Sobre todo desde la perspectiva de programador en un festival como Punto de Vista.

Yo estoy muy agradecido, pero al final es una cuestión de lotería. Desde que estuve en Cannes con uno de mis primeros cortos dejé de preguntarme el por qué. Cada uno coge sus veinte películas. Yo no habría programado ese corto, habría otros cuatro mil mejores. Por eso creo que hay que relativizar este mundo de los festivales. Pero desde ambos lados, también el de programador. Yo tengo la sensación de que a veces no acierto. Hay películas que apuestas por ellas y luego con el paso del tiempo crees que te has equivocado. Y viceversa, es complejo. Se supone que debería ser algo normal, pero estás jugando con la ilusión de mucha gente y juzgando trabajos, no es fácil.

Es importante mantener siempre la deportividad. Todo el mundo celebra que estemos a concurso en Tabalakera, pero viendo el resto de películas que participan en la sección, en ningún momento pienso que una película como la nuestra se vaya a llevar algo [Nota: En efecto, se fue de vacío en el palmarés]. Y aunque creas que te lo merezcas y no te lo den, hay que tener en cuenta que es simplemente un jurado. Son tres personas, otras tres distintas habrían opinado otra cosa, hay que aceptarlo y fuera.

También hay una cosa un poco injusta de la programación. Los festivales son de los pocos espacios de visibilidad para cierto tipo de películas, pero de repente una película empieza a funcionar y todo el mundo la quiere. Nos volvemos locos y aunque no te guste tienes que tenerla. Es un poco como funciona todo, dentro del otro cine hay sus élites y los que no van a lograr nunca nada. Y todos caemos en eso, todos queremos tener a los cineastas que admiramos. Sergio Oksman, un cineasta que me encanta, hace O Futebol y todos queremos tenerla. Mientras tanto, hay otros mil directores a los que no hacemos caso porque necesitamos esa película de renombre que pueda dar barniz al festival. Muchas veces creemos que los festivales son propuestas realmente alternativas al mundo, pero al final estás haciendo lo mismo dentro de tu ámbito.

Además de presentar Sipo Phantasma eres uno de los directores de Kalebegiak, la película colectiva sobre San Sebastián que forma parte del proyecto de la capitalidad europea de la cultura. Narciso es un cortometraje completamente opuesto a Sipo Phantasma, lo has realizado con muchos medios técnicos en el que demuestras una planificación muy estética de la puesta en escena, homenaje incluido a La gran belleza.

Sí, era una de las referencias. Yo suelo dibujar los storyboard y desde el principió la planifiqué al detalle, pensando en un formato panorámico. Trabajando en un proyecto con muchos medios y un gran equipo técnico, me apetecía hacer algo muy estético para ponerme un desafío. Desde hace años me rondaba la idea de un hombre que se folla a sí mismo, así que cuando me propusieron participar lo tuve claro. Yo estoy enamoradísimo de San Sebastián, pero es una ciudad que se está constantemente follándose a sí misma, que sí el marco incomparable y la bella easo, somos así los donostiarras. Por eso creía que era la historia perfecta que podía contar. Rodé el corto con el director de fotografía Flavio Labiano, que ha hecho de segunda unidad en películas de Ridley Scott y en Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal. Nació aquí, pero vive en Los Ángeles y es un figura. Por lo que claro, todo el mundo se preguntaba cómo nos llevaríamos al trabajar de formas tan distintas. Cada vez que se movía un poco un actor él movía la cámara, yo tenía que recordarle que buscaba postales con la cámara fija. Y él, que es muy majo, me decía que estaba haciendo cine soviético (risas). Le parecía lo peor, pero al final se ha quedado contento con el resultado.

Narciso - Kalebegiak

Narciso-Kalebegiak (Koldo Almandoz)

Es interesante romper con esa idea tan asociada al otro cine español, vinculado al documental y la no-ficción fuera de la industria, supeditado siempre al bajo presupuesto, a la falta de ayudas y de apoyos, no tiene por qué ser siempre así.

Cuando Isaki Lacuesta puede hacer una ficción con Emma Suárez, pues la hace. O en el momento que Rebollo plantea sus películas, lo hace por encima del millón de euros. ¿Y cómo no? Yo creo que eso es bueno, la magia del cine también está ahí. Trabajar constantemente en precariedad y estar reivindicando el feísmo es otra forma de esteticismo.

El 27 de octubre Sipo Phantasma se estrenará en Madrid dentro del ciclo Pasajes Filmadrid en Cine Estudio – Círculo de Bellas Artes. El 31 de octubre lo hará en Valencia, en el Cinefórum L’Atalante. El 22 de noviembre, Cines Golem la proyectará en Pamplona y el 13 de diciembre visitará la Filmoteca Rafael Azcona de Logroño.

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