Mea de Jong: “Lo difícil de hacer una película sobre ti misma es que no eres objetiva, te conviertes en un personaje”

Mea de Jong - Punto de Vista

©Txisti – Punto de Vista

Hija del realizador holandés Ate de Jong y actriz televisiva, Mea Dols-de Jong ingresó en la Academia de Cine de los Países Bajos tras cursar estudios en Filosofía y Física. Su película de graduación fue el multipremiado cortometraje documental If Mama Ain’t Happy, Nobody’s Happy, que se estrenó en el Festival Internacional de Cine Documental de Amsterdam (IDFA). A continuación, el prestigioso periódico holandés NRC la contrató para dirigir, supervisar y desarrollar su nuevo departamento de vídeo.

A concurso en la sección oficial de Punto de Vista, If Mama Ain’t Happy, Nobody’s Happy abarca varias películas en una: un film sobre la relación de Mea con su madre, una mujer tan irreverente como lúcida; otro film que es un canto de admiración hacia las mujeres de las pasadas generaciones de su familia, valientes y decididas, a las que nunca les han durado demasiado sus parejas; y un tercer film que es una especie de making of. Mea entrevista a su madre e intenta encontrarse a sí misma al cuestionar sus creencias más profundas, para finalmente intercambiarse los roles y ser entrevistada por ella.

¿Por qué hacer una película sobre tus antepasadas y en especial sobre la relación con tu madre?

Quería hacer una película sobre la emancipación y sobre qué significa para mi generación, para las personas de mi edad, especialmente para las chicas. Para mí estaba siendo duro, pero mi madre me ayudó y yo pensé: “Esto es gracioso. Me considero una mujer fuerte, pero en cuanto tengo un problema, todavía acudo a mi madre”. Entonces pensé que quizá, si contaba algo sobre la emancipación a un nivel más pequeño, podía, a través de una historia sencilla, tocar un tema más amplio. Por eso creí que había algo en nuestra relación madre-hija que reflejaba lo que pueda sentir toda chica que quiera emanciparse hoy en día en nuestra sociedad. Podía hablar de cómo es el momento de tener que dejar atrás a tu madre.

En ese momento, ¿ya intuías que tu madre se iba a volver el personaje principal?

No, lo que pasó es que propuso hacer una película sobre la historia de nuestra familia, de las mujeres de nuestra familia. Y yo le dije que no, que eso me parecía una idea muy mala y que no lo íbamos a hacer (ríe). Yo lo que pensaba en realidad era que si hacía la película que me proponía mi madre no iba a ser una buena película, que a nadie le iba a importar la historia de mi familia. Pero sí pensé que podía ser interesante que una madre y una hija hicieran juntas una película, porque eso sí que contaría muchas cosas acerca de este tipo de relaciones. Esa es la razón por la que planteé la película de esta manera, por la que decidí hacer este film y medio: uno sobre las generaciones de mujeres anteriores a nosotras y otro sobre mi madre y yo.

if mama aint happy

If Mama Ain’t Happy, Nobody’s Happy (Mea de Jong, 2015)

Una de las cosas que más me han gustado de tu película es el tono, esa mezcla de comedia y de drama o melancolía. ¿Era deliberado o surgió por cómo era tu madre y tu relación con ella?

En mi opinión personal, si haces algo sobre ti mismo debes hacer siempre con cierto sentido del humor. En este caso, no tenía entre manos una historia muy triste, era más natural, pero aún así debes tener sentido del humor para reflejarte a ti mismo. No debes tomarte demasiado en serio.

Desde el momento en el que te diste cuenta de que tu película iba a ser sobre la relación que tenías con tu madre, ¿tomaste ya la decisión de aparecer tú o surgió más adelante?

Es una buena pregunta, porque fue una de las decisiones más difíciles que hubo que tomar en el proceso de montaje. Yo le dije a mi madre mientras rodábamos: “Quizá podamos intercambiar roles y tú puedas hacerme preguntas”. Porque sabía que íbamos a discutir la vida de las mujeres de nuestra familia. Luego estuvimos hablando de la de mi madre, así que al final parecía lógico que llegáramos a mí, a discutir mi vida. Pero hasta que no estuvo avanzado el montaje, yo seguía creyendo que no debía aparecer en la película, que no tenía sentido. Una de las cosas más difíciles de hacer una película sobre ti misma es el hecho de que ya no eres objetiva. Te conviertes en un personaje. Y es muy importante tener eso en mente cuando preparas la película. Fue mi montador el que me dijo: “Mira, tienes que salir en la película. Te tienen que ver”.

En este caso, por tanto, parece que fue muy importante para ti trabajar con un montador y no montarlo tú misma.

Sí, en este caso fue muy importante: por supuesto que si lo hubiera montado yo, lo que se cuenta hubiera sido lo mismo, pero fue útil porque discutimos en profundidad sobre muchos detalles, y agradecí que alguien más se volcara y dejara su visión en una película sobre mí misma. No hubiera podido hacer esta película sin mi montador.

¿Grabaste mucho más material del que aparece en el montaje final?

Sí, grabamos mucho más. Tengo veintidós horas grabadas de entrevista (ríe). Y eso sin incluir ni siquiera los materiales de archivo.

Precisamente quería preguntarte por los materiales de archivo. ¿Tenías desde el principio la idea de usar esas grabaciones familiares o cómo surgió?

Sí, lo tenía claro. Tenía la intención de utilizar incluso más, de hecho. En la primera versión del guión, escribí que prácticamente nunca verías el rostro de mi madre a lo largo de la entrevista, que prácticamente toda la imagen la cubrirían los materiales de archivo. Mientras montábamos la película, el montador me dijo: “Es estupendo mirar y ver hablar a tu madre. Deberíamos verla más durante las entrevistas y deshacernos de parte del material de archivo. Utilizar menos”.

If Mama Ain’t Happy, Nobody’s Happy (Mea de Jong, 2015)

If Mama Ain’t Happy, Nobody’s Happy (Mea de Jong, 2015)

Otra decisión importante que supongo que tuviste que hacer era la de incluir o no tus indicaciones a tu madre, los momentos en los que la diriges como si fuera una actriz: cuando le dices que repita una llamada telefónica que te hace, por ejemplo. La parte de making of incluida en la película, ¿era premeditada?

Lo que tenía claro desde el principio es que ese componente de making of sería importante para la película, porque así el film me funcionaba a capas: una primera capa, por encima, que es una película sobre las distintas generaciones; una segunda capa, por debajo, que es la película de verdad; y una última capa que nos recoge a mí y a mi madre discutiendo sobre la película, de una forma que refleja nuestra relación. Pero digamos que los puntos exactos por los que discutimos sí que surgían de forma espontánea mientras grabábamos.

Por ejemplo, las imágenes en las que ella está sola en casa, sentada en el salón, leyendo un libro, son unas imágenes que grabé porque quería retratarla a mi manera, como yo la veo, como a una persona solitaria. La misma noche que las había grabado, pensé que podía ser una buena idea montarlas rápidamente y ponerle esas imágenes para que ella las viera, para saber qué pensaba. Eso es algo que surgió. La conversación telefónica era útil para mostrar al principio de la película el tipo de relación que tenemos, por cómo nos hablamos la una a la otra, y reflejaba ya un poco el espíritu del film. Es curioso, para mí la conversación telefónica y cuando lee a solas en casa son los dos mejores momentos de la película (ríe).

Durante las entrevistas, ¿repetías mucho la grabación de las preguntas a tu madre y sus respuestas?

Esa es una buena pregunta. No recuerdo bien. Al principio, las entrevistas con mi madre me dejaban un poco frustrada, porque exigía de ella que se abriera por completo. Yo le explicaba que tenía que decir que odiaba a los hombres, ella no quería y yo reaccionaba como diciendo: “No, mamá, tienes que decirlo. Es tu personaje. Está en el guion” (ríe). “Estás estropeando la película”. Pero por suerte en esos momentos mi madre siempre fue muy sincera.

Creo que eso tiene mucho mérito, porque quiebra en varios momentos lo que el espectador espera de ella, vuelve su discurso mucho más complejo, y se agradece. Podía haber dicho cosas muy malas sobre los hombres en general, en relación a sus relaciones, y sin embargo decide dar una visión complicada y difícil sobre la idea de pareja, sobre cómo de importante es lograr un equilibrio.

Sí, ella dice: “No es que no me gusten los hombres. Lo que he aprendido es que nunca debes ser vulnerable”. Y ese es un cambio importante en el punto de vista de las cosas, porque es el punto en el que yo me empiezo a plantear que quizá mi madre no tenga razón. Es el momento en el que decido adquirir otras perspectivas sobre el amor, cuando invito a hombres a las entrevistas. Por cómo yo me planteaba el amor, yo me decía: “Vale, si nunca puedes ser vulnerable, cómo vas a tener una relación con una pareja”. Ahí decidí entrevistar a sus ex novios.

¿Qué piensas que la película dice sobre la frase de tu madre? ¿Crees que su visión sobre el amor y las relaciones de pareja es pesimista o realista?

Lo que yo intentaba cuestionar es su idea de nunca permitirte ser vulnerable. Creo que la película intenta decir que muchas mujeres de mi familia han procurado ser fuertes y alejar a los hombres de sus vidas. Probablemente eso fuera una buena decisión en su momento. Pero una vez que es una idea que se perpetúa, que en mi familia pasa de una generación de mujeres a la siguiente, para mí la lucha por los derechos de las mujeres, en este momento, pasa también por involucrar a los hombres, por volverlos cómplices. Lo que es muy importante para mí, si quieres tener una relación de pareja larga, es aprender a cómo convivir con la idea de poder ser vulnerable, y si no te permites ser algo vulnerable en una relación, esta, creo yo, no te durará mucho. Para mí la película dice: “Mira, esta es la visión de mi madre de las cosas, pero yo voy a tener una diferente de ahora en adelante”.

Es interesante, porque creo que haces bien en cuestionar que para no ser nunca vulnerable no te debes abrir a otra persona, y que sin abrirte a otra persona, no tiene mucho sentido tener una relación a largo plazo. Pero yo la frase de tu madre también la entiendo como una llamada a no perder tu vida por el camino de una relación, a no perderte de vista y a no perder el contacto contigo mismo. Por eso creo que hay un punto interesante en el que vuestras dos visiones coinciden.

Claro, esa vulnerabilidad o apertura debe ser equilibrada, tienes que mantener tu independencia, porque si eres totalmente dependiente en una relación, la cosa no funciona. Debería buscarse un equilibrio entre ser independiente y ser vulnerable. Mi punto de vista es que hace falta una combinación de las dos cosas.

Creo que, aunque los puntos en los que no estáis de acuerdo son muy evidentes, la película habla también de lo que tenéis en común. Encontré muy interesante, por ejemplo, que a tu madre le hubiera preocupado tanto sentirse culpable por dejar a su madre en el pasado, cómo ella trató de reaccionar frente a esa idea. Y tú compartes precisamente ese mismo temor.

Sí, eso es completamente cierto. La falta de hombres en la familia también hace que la relación entre madre e hija sea siempre muy cercana. Mi madre tuvo una relación muy próxima con su madre. Lo mismo pasaba con su madre y la abuela de mi madre. Siempre relaciones muy cercanas. Además, creo que siempre te sientes un poco responsable de que tu madre no tenga pareja, y también de que se vaya a sentir muy sola una vez que tú te vayas. Tú eres joven, conoces a mucha gente, haces muchos amigos, pero tu madre está en casa y no hay nadie allí. Siempre hay un poco de culpa.

Lo bueno de este tema es que creo que, aunque todo se agudiza más en un hogar monoparental, cualquier persona, viva en esa situación o no, puede identificarse con ese sentimiento de culpa por dejar a tus padres atrás.

Sí, creo que se agrava si tu madre está sola, pero que es algo que puede compartir cualquier persona en el momento de emanciparse, especialmente hacia sus madres, con las que yo creo que sueles tener un lazo afectivo más profundo, pues en general han representado un tipo de amor incondicional, de entregarlo todo por ti, y tú sientes que no les devuelves lo suficientes. Siempre va a ser una relación desigual. Nunca vas a poder devolver lo suficiente. Supongo que toda persona se siente un poco culpable por no poder agradecer todo ese amor.

If Mama Ain’t Happy, Nobody’s Happy (Mea de Jong, 2015)

If Mama Ain’t Happy, Nobody’s Happy (Mea de Jong, 2015)

¿Qué piensas sobre la desigualdad entre hombres y mujeres, en Holanda o en Europa, en este momento?

En Holanda, por ejemplo, hay una brecha salarial muy fuerte. Si tienes hijos, en el 90% de los casos son las mujeres las que se quedan en casa, las que dejan su trabajo o lo combinan con trabajos a tiempo parcial. Así que desde luego no es una relación igualitaria, pero quizá lo que cuesta, en este momento, es buscar objetivos concretos y específicos a los que dirigirse. Hace años estaban muy marcados: conseguir el voto, conseguir el derecho al aborto. Pero ahora no está tan claro por lo que deberías luchar.

Sí, pero sin embargo creo que un riesgo grave que existe ahora mismo, que puede convertirse en un problema, es intentar identificar el machismo con esquemas del pasado, que han quedado anticuados. Creo que el machismo se ha sofisticado: el tradicional se ha vuelto obvio y muy pocas personas lo suscribirían, pero hay nuevas formas de machismo mucho más sutiles.

Desde luego. Sin embargo, creo que el problema es mucho más amplio y tiene que ver con los roles de género, con lo que se espera de una mujer y con lo que se espera de un hombre. Creo que el movimiento feminista debe concentrarse en convencer y en implicar a los hombres, no solo en combatirlos.

Es interesante lo que planteas de los roles, porque creo que estos también afectan mucho a los hombres, que muchos viven conflictos al no encajar con lo que un hombre se supone que debe hacer o debe ser, que esa es una fuente de mucha rabia o de odio. Pero creo que muchos hombres, entre los que me incluyo, no somos del todo conscientes en muchas ocasiones de ideas machistas que hemos asumido como válidas y naturales.

Sí. Prefiero no generalizar, pero sí que puedo imaginar que con el juego de roles, para un hombre tiene que ser difícil sentirse vulnerable, sentirse inseguros, rasgos que en general se han asociado tradicionalmente más con las mujeres. Pero no creo que muchos hombres sientan que el feminismo les puede ayudar a acabar con ese juego de roles por género, en general se suelen mostrar más a la defensiva. Estaría genial si los hombres se implicaran más en esto. ¿Cómo ves la situación entre hombres y mujeres en España?

Evidentemente mejor que hace unos años, mejor que en la dictadura. Pero hay una desigualdad enorme y todavía queda mucho machismo latente. El problema, tal y como yo lo veo, es que en este tipo de luchas por la igualdad, como también pasa en las luchas por los derechos sociales, no hay un punto muerto o neutro en el que puedas dejar la situación: o avanzas o retrocedes, y el gran riesgo que supone el pensar en lo bien que estás o en que está todo hecho es que cosas que puedes empezar a perder cosas que creías incuestionables.

Pero, por ejemplo, en general al carácter español se le percibe como un carácter lleno de orgullo. ¿Afecta eso? ¿Hay, por ejemplo, suficientes mujeres en política?

Desde luego que no. Hay cada vez más, y desde luego muchas más que en el pasado, y con una mayor capacidad de influencia. Pero no hay suficientes. El problema es que hay todavía políticos, hombres y mujeres, en puestos importantes de algunos partidos, que cuando hablan de la igualdad o de la violencia machista, todavía todos sus discursos se dirigen hacia la mujer, volviéndola de esa forma casi culpable de lo que la sucede: “Chicas, que vuestros novios no os miren los móviles”.

Es un tema interesante cómo funcionan actualmente las relaciones entre mujeres y hombres, porque algunos hombres todavía tienen padres que tienen formas muy conservadoras o machistas de entender nuestras relaciones, y eso tiene una influencia. Quizá los hombres y las mujeres deban encontrar una nueva forma de estar en pareja, un nuevo tipo de relaciones.

Sí, y creo que por eso es tan brillante ese momento de la película, que creo que ningún espectador se espera, en el que una persona como tu madre dice: “Por supuesto que se puede vivir toda una vida en pareja con una sola persona, solo que es verdaderamente difícil”.

Claro, y creo que es muy acertado. Quizá no suene romántico, pero es muy realista.

Exacto, no es pesimista, es realista. Lo que todos los espectadores esperaban de una persona que como tu madre muy probablemente sería que ella te dijera: “¿Toda tu vida teniendo por pareja a la misma persona? Eso es imposible”. Pero no lo hace. Ella podía haber dado una visión mucho más negativa de las relaciones, pero decide no hacerlo, porque no piensa de esa manera.

No sé cómo será en España, pero en Holanda creo que el 60 o 70% de los matrimonios se divorcian. Eso es mucho (ríe). Pero yo quiero creer en la posibilidad, tan solo en la posibilidad, de que una relación a largo plazo pueda funcionar.

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Quería preguntarte también por tus estudios. He leído que estudiaste Física y Filosofía. Y que después de eso estudiaste cine documental. ¿Cómo crees que contribuyó el que estudiaras Física y Filosofía a la hora de ser una cineasta?

Creo que tiene mucho que ver con acostumbrarte al pensamiento analítico, especialmente con Física, pero también con Filosofía.  Creo que eso es importante para ser un buen director también. Tienes que tener una parte emocional, estar conectado con ella, pero también debes aplicar pensamiento analítico: debe llegar un punto en el que tomes distancia y analices las emociones.

¿En qué momento te diste cuenta de que querías hacer películas? ¿Fue al terminar tus estudios?

En realidad, solicité la admisión en la escuela de cine antes de estudiar Física y Filosofía, y me admitieron, pero después preferí estudiar antes una carrera, porque tenía dieciocho, era muy joven y pensé que quería ir a la universidad primero porque, normalmente, no funciona bien al revés: después de la escuela de cine, sales al mundo profesional (ríe). Esta es mi película de graduación, y he estado muy ocupada desde que terminé mis estudios. Así que supongo que primero quería recibir una formación más general y completa, para luego estudiar cine.

Pero ya querías estudiar cine por entonces.

Sí. Además, desde que era pequeña he trabajado como actriz. He actuado sobre todo para películas y para televisión. En ese momento ya me atraía el cine y me acostumbré a su forma de trabajar. Supongo que podría haberme convertido también en una escritora: para mí el cine es una forma de expresarme, esa es la necesidad que viene primero. Después encuentras un medio que encaja contigo y con lo que quieres expresar. Y creo que para mí el cine es la forma perfecta de transmitir lo que quiero. Siempre he sido cinéfila (ríe). Me veía muchísimas películas cuando era pequeña. Así que supongo que siempre he tenido una relación estrecha con el cine.

¿Sigues trabajando como actriz actualmente?

Yo quería, pero en la escuela de cine te hacían trabajar muy duro, durante todo el día, así que era imposible ir a audiciones y seguir como actriz. Pero cuando estudiaba en la universidad, sí que seguía actuando.

¿En la escuela estudiaste ficción o documental?

Empecé con dirección de cine de ficción, estudié esa especialidad durante dos años, y después me cambié a la de documental. Y creo que en mi película se pueden ver reflejados mis estudios, porque es un intento de hacer ficción en cuanto a estructura y personajes. En la ficción puedes inventártelo todo, eres el jefe absoluto de tu material. En el documental, en cambio, nunca puedes controlarlo todo. Y creo que eso es interesante, porque en mi película se ve cómo lucho por dirigir cosas que escapan de mi control.

He leído que trabajas para un periódico. ¿Cómo es tu trabajo allí? ¿Cómo lo combinas con la realización de tus películas?

En el periódico querían explorar nuevas formas de periodismo, querían hacer vídeo también, así que trabajo como editora de los vídeos: los periodistas me presentan sus planes o proyectos de vídeos y yo les asesoro, discutimos sobre ellos y les ayudo a hacerlos. Tengo una posición muy agradable, y me dijeron que si quería hacer algún proyecto podía tomarme algún tiempo libre realizarlo.

Yo creo profundamente en el futuro del documental online. Creo que ni siquiera es futuro, que forma parte del presente. En Holanda, la difusión de los vídeos online avanza muy lentamente, por eso creo que es bueno invertir en ellos ahora, porque en diez años será lo principal, la televisión tendrá un papel muy secundario, y la radio va a ser mayormente online.

Creo que tu periódico tomó una decisión muy valiente a la hora de invertir en un departamento de vídeo de estas características.

Claro. Pero si te fijas, tanto The New York Time, como The Guardian, todos han invertido en ello. No sé, ¿en España está pasando algo así?

Sí, en algunos medios sí, aunque a un ritmo muy lento. Creo que algunos periódicos sí que están tomando el modelo de The Guardian como referencia.

Sí, de hecho, tanto ellos como The New York Times hacen cosas muy interesantes. Una cosa que hacen mucho es verse largometrajes documentales, y dicen: “Esto es genial. Queremos comprar unos 12 minutos, un par de escenas, y publicarlas antes de que la película salga”. Lo hacen, muestras algo de tu historia en unos pocos minutos, interesas a la gente en tu película. Creo que es un buen mecanismo.

Después de hacer una película sobre la relación con tu madre, ¿por dónde crees que van a ir tus siguientes proyectos? ¿Qué vas a querer explorar? ¿Volverás a hacer una película sobre ti misma o te gustaría centrarte en tu tema más alejado de ti, y ofrecer tu visión?

Me gustaría retarme a mí misma y hacer algo completamente diferente. Así que tengo claro que no quiero hacer algo directamente sobre mí, ni tampoco utilizar entrevistas, porque creo que todavía me queda mucho por aprender, y que mi siguiente paso profesional debe ser hacer algo muy diferente. Cuando tienes éxito con un proyecto, la gente siempre se te acerca para ofrecerte nuevos trabajos muy similares, que están en esa línea. Por ejemplo, a mí me han pedido que hiciera muchos trabajos en torno a la idea de familia (ríe). O cuando quieren hacer algo que sea emotivo, acuden a Mea (ríe). O trabajos de entrevista: “Tú eres buena con las entrevistas”. Y te lo ofrecen. Enseguida te etiquetan o te encasillan. Un motivo más por el que creo que es bueno cambiar y hacer algo diferente. Eso pasa también mucho en el campo de la publicidad para la televisión, que también grabo bastantes. En cuanto algo funcionan, quieren aprovecharlo y hacer uno nuevo en esa línea. No tiene nada de malo, pero creo que es divertido probar cosas nuevas. 

Entrevista realizada en Pamplona durante la celebración del X Festival Punto de Vista

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