Cuando estrenó Las Vírgenes Suicidas en 1997, Sofía Coppola acababa de cumplir 28 años, pero sus ojos tenían la mirada sencilla, simultánea y compleja de mis quince. Porque la mirada de Sofía Coppola es sencilla: ve lo que ve y oye lo que oye y huele lo que huele y siente lo que siente; y filma lo que ve y oye y huele y siente
Este mes hablamos de dos películas de la fértil década de los sesenta. Una es Django el bastardo, un spaghetti western más original de lo que deja ver su título. La otra es un híbrido entre el terror y la ciencia ficción, con una extraña colaboración entre las cinematografías estadounidense y soviética, Planeta sangriento
La culpa de que tengamos tan idealizado el amor es de las películas y el pop, que sólo potencian mentiras y corazones rotos. Las verdaderas historias de amor son aquellas que no tienen un final feliz, por eso a continuación solo se tratarán cintas aptas para rupturas
Lo inverosímil del argumento no es ni un 25% de lo que convierte a Troll 2 en una genialidad absoluta. Las interpretaciones son tan cercanas y amables que al final te identificas con los personajes, solo porque actúan como tú más o menos. No podría haber salido nada mejor cuando el papel protagonista recayó en un dentista
Los finales de Breaking Bad y Futurama, el concepto del segundo prime time inventado por Somoano, las cancelaciones de los biopics televisivos de Hillary Clinton y la nueva adaptación de The Bridge en píldoras punzantes con el sentido del humor de Nacho Chaparro
En verano, durante dos horas al día, la siesta era obligatoria. Dos horas cada día. Dos horas que nunca iban a volver, que desaparecían para siempre. Para siempre. En 1973, Miles Monroe, a través de los ojos de Woody Allen, se durmió contra su voluntad