Llueven ranas: Editorial #26
Puede ser por nuestro acuciante desencanto generacional, porque cada dos por tres nos invade el espíritu idiota de Venga Monjas como vía de escape, o simplemente por inmadurez, sea como fuere, nuestra mirada está más cerca de aquellos que descubren el mundo por primera vez que de los otros que cuentan sus primaveras por décadas.